Verte Otra Vez
Capítulo II
"Querete"
Quisiera atraparte y darte un beso, pero sé
que no puedo hacerlo, ese cristal entre nosotros aún no puede ser roto para
estar juntos, podríamos lastimarnos y cortarnos con la indiferencia o clavarnos
un pedazo de odio. Pero, yo te soñé, estábamos juntos, lo veía perfectamente,
ahí, en el café de Doña Graciell, tomando chocolate, me tomabas la mano y me decías
que debíamos escapar al amanecer, te vi ahí sentado conmigo por más de mil
noches, ¿Cómo es posible que ahora cuando te veo en persona, no puedo decirte
que debemos amarnos?, ¿Cómo fue que en mi sueño era la realidad la que hablaba
y la lógica guardaba silencio? No debo dejarme enganchar por un sueño, por un
amor platónico si bien ya he tenido varios sueños antes con hombres con los que
he vivido experiencias y romances, pero en la realidad solo se ha dado desilusión
tras desilusión, sin que nada de lo que me ha sucedido en la imaginación se cumpla,
contigo es diferente, lo sé, quiero mantener la esperanza de verte a mi lado. No
puedo entender cómo fue que empezamos una historia juntos, ni lograré entender
las demás historias que nunca sucedieron, siempre quise que fuera el hombre con
el que había soñado, el que me hablara a mi primero, el que quedara fechado por
mi encanto y se declarará mi amor incondicional, nadie tuvo el valor para
hacerlo, quizá porque para los “hombres” era una debilidad ser diferente a
ellos y más aún el significado que le daban a que un hombre se revuelque con un
“maricón”, convirtiéndolo en mujer, que era para ellos, el mayor símbolo de la
debilidad humana. Pero, ¿Qué culpa tienen aquellos que se ven castigados por la
fuerza represiva de la sociedad?, la que los deja morir sin piedad y busca otro
cuerpo que matar cuando han tomado la de
un ser inocente que solo por gustarle uno de sus misma condición tuvo que
morir, si a ellos no hace daño, ¿Por qué intentan parecer los salvadores de todos cuando nadie
lo ha pedido? Es el miedo el que habla, un miedo que incluso yo viví, pero por
una obra que desconozco, mi padre aceptó y me ha protegido desde que lo
confesé, aunque para los “Jueces de La Vida” deba parecer yo un macho
trabajador. Aahhh que difícil es la vida así, pero te quiero, te amo y es lo
que haré.
Solo pienso en ti, en que te vi por primera
vez en persona el Jueves, ya es sábado y no tengo señal que consuele mi
ansiedad, me devora y me aturde, pero a la vez me da valentía para no dejarme
caer buscarte. Quiero verte ya, ha
pasado tanto tiempo, la última vez que te soñé fue hace un mes, cuando me dijiste
que debíamos escapar, el sueño que más me gustó y que pensé que tendría
continuación, pero todo desde entonces se esfumó, has sido el último hombre con
el que he soñado, sin embargo tampoco me extraña no tener en mi cabeza a nadie más
en este momento, siempre suele pasar uno o dos meses antes de soñar con alguien
nuevo. Pero no quiero a alguien más, esta vez puedo asegurar que es amor lo que
siento, ¿Por qué?, Por qué no necesito más para saberlo, el amor se siente, es
tan fácil, lo que resulta difícil es que tu lo creas y lo que es casi imposible
es que me correspondas tan siquiera con una pequeña parte de lo que yo te amo a
ti.
Ahora debo descansar, es tarde y comienza a
llover, a ti no te gusta, te asusta lo fría que puede ser, por eso dormiré
tratando de soñar que estoy contigo abrazándote y alejándote de la que endurece
tu alama.
Hoy, ya después de 4 días de verte por
primera vez, estoy entusiasmado pensando en i ir por la tarde al mercado del
pueblo a encontrarte, te gusta dar paseos por la plaza y comer un helado de
vainilla en el mercado, espero que en
verdad sea así, aunque mis sueños nunca han errado en esas cosas, solo en lo
amoroso.
El
horno está listo, quisiera que vieras el pay que preparo en tu honor, y
que comeré solo, mi padre salió a cortar leña a un pueblo detrás del volcán,
estaré solo por unos días, sería perfecto que estuvieras conmigo, trataré que
así sea y que vengas a probar el pay que te tengo aquí.
Antes de salir, debo cortar los limones del
árbol que está en nuestros campos d cultivo, ya están maduros y si los dejo más
tiempo podrían no comprarlos los señores del pueblo, algo más a lo que debo ir.
Veo mi vieja casa, me recuerda a nada, nunca
había visto algo tan deteriorado por el tiempo, somos mi padre y yo, las últimas personas del pueblo que vivimos
en una casa de leña, hecha con la misma que vendemos para sobrevivir. Está
decolorada y tiznada por algunos incidentes que tuvo mi madre en la cocina, es
pequeña, pero no es lo peor, el olor es lo que hace que sea mejor refugiarse en
los campos de cultivo para no morir asfixiados por el humo que se percibe. He
mencionado a mi padre algunas veces, que deberíamos mudarnos al centro del
pueblo, nuestra casa no tiene a nadie como vecino, es desolada, por el camino
solo pasan los campesinos que tiene tierra a lo alto en las montañas cercanas y
algunas personas de dinero qu tienen grandes casas de dos pisos , como el Dr. Valmon,
quien vive con su esposa y tres hijos
varones, solo he visto su casa de lejos, pero parece acogedora, nosotros no
podríamos construir una casa así, pero la razón por la que mi padre se niega a
mudarnos es mi gusto por los hombres, cree que seré más vulnerable si estoy
todo el tiempo entre todos los habitantes de nuestro pequeño pueblo, Berkley, por
ello no he insistido, pues, sí, tengo miedo. Pero mi Padre ha prometido construir una casa para ambos de mayor tamaño,
con maderas de calidad y un jardín donde pueda plantar rosas, las rosas que mi
madre siempre quiso.
La pequeña casa de leña queda atrás, sola,
desolada, sin nadie quien la quiera mirar, sigo caminando por el camino de
tierra rodeado por pasto, verde, y de mediana altura, se siente freso, el rocío
de la madrugada llegó a él, encuentro el puente que me deja cruzar al otro
lado, debajo hay un arroyo, que una vez se llevó a un niño. Más adelante comienza
la subida por las tres montañas hermanas qu rodean la vista del pueblo, llego agitado a la
cumbre, pero aún falta bajar por el otro lado para llegar a los campos, descanso
para recobrar el aliento, pongo mi mano derecha en mi frente para cubrirme del
radiante sol, hasta que observo algo, eres tú Arthur, estás ahí, en los prados,
jugando con tu mascota, me alegro y quiero correr a verte, pero debo pensar
bien, ¿Qué es lo que te diré?, lo tengo, sigo como si nada y me distancia de
donde te encuentras para llegar al limonero de mi campo, me apresuro a cortar los limones, los
mas que puedo, algunos se caen pero no me importa levantarlos, lleno 5 cestas y
me dirijo de regreso a casa, pero, antes,
me desvío y voy a los prado, sigues ahí, te ves tan hermoso, estas tan
alegre que pareces un niño, te diviertes tanto, tedas cuenta que no estas solo,
me volteas a ver, trato de esconderme, pero…
-Hola,
¿Raymond?, ¿Eres tú?-Me dices con tu voz de hombre, fuerte y sin debilidad.
No sé que hacer, solo me queda salir, era lo
que quería.
-Ah, sí, bueno
me llamo Edmund pero entiendo que te referías a mí, ¿cierto?-Comienzo a agitarme,
estoy nervioso, mi corazón late más rápido, no quiero que te des cuenta.
-Perdón, Sí,
no soy muy bueno con los nombres.
-Si no
importa.-Es el momento-¿Cómo te fue
el otro día? ¿Pudiste entregar los papeles a tiempo?
-Sí, gracias a
ti llegue a tiempo, si no me hubieras ayudado a librarme de aquel clavo no se
que hubiera sucedido.
-Que bien que
todo salió bien.
-Pues gracias.
-Por nada, -Estoy más tranquilo-.
¿Qué bonito
perro, ¿Cómo se llama?.
-No es mío, es
de mi amigo Luca.
¿Quién? ¿De dónde salió ese tal Luca?
-Pero se llama
Blanco, le gusta jugar mucho.
-Ya veo.
Creo que debo
irme me he puesto celoso de Luca.
-Bien, debo
irme. Creo que los veré otra vez.-Doy la vuelta sin esperar que digas algo,
solo quiero irme y pensar o no hacerlo, lo que no me dañe más.
-Espera.-Me
gritas cuando ya estoy más lejos.
-Sí, dime.
-Bueno como el
asunto de los papeles era muy importante para mi padre y me ayudaste mucho,
pensaba agradecerte con algo más, no lo había hecho porque no había tenido
tiempo por asuntos de la escuela, pero
ahora que estas aquí, ¿te quedas a comer una tarta que preparó mi Madre? Si
tienes tiempo.
No lo puedo creer, es lo que quería darte en la mañana y ahora eres tu quien me recompensa así.
-Sí,
claro, no tengo nada que hacer, solo que me iba porque pensé que querías jugar
con el perro y pues como soy un desconocido para el…
-Sí,
está bien, vamos.
Te sigo, has sudado bastante, pero te ves
mejor, mas natural, estas despeinado, luces muy bien tu camisa blanca y has
remangado tus pantalones, dejas caer tus tirones para estar mas cómodo, me satisface
tanto el ver tu figura desde ataras.
-Adelante
por favor.-un caballeo, me siento alagado.
-Gracias.
-Ahora
no hay nadie en la casa pero podemos come la tarta de manzana.
-¿En
donde están tus padres?
-Han
ido a visitar a una prima junto con mi hermano mayor Frederick, mi hermano
pequeño está en el colegio, los
castigaron por gritar en la Iglesia.
--Veo
porque jugabas con el perro.
-No,
para nada, me gusta jugar con él aunque tenga otras cosas como ajedrez o
lectura, es lo que siempre hago con mi mejor amigo Luca.
-¿Se
llevan muy bien, no?
-Sí,
nos conocemos desde pequeños, bueno es que e realidad nuestros padres son
primos y nosotros somos primos también ¿no?
-Sí,
eso creo.
Habías cambiado completamente tu forma de
ser, el reservado muchacho de unos días atrás ahora me confería sus cosas
personales.
-Está
rica esta tarta, es mejor que la que yo preparo.
-¿Sabes
preparar tarta?
-En
realidad es un pay de canela, pero es similar.
-Sí.
¿Cómo aprendiste?
-Mi
madre me enseño a preparar algunas cosas, le gustaban mucho los postres y aprendí lo que pude, antes que…ella muriera.
-Lo
siento-Veo en tus ojos un brillo de sinceridad.
-Gracias,
la extraño pero, ella no querría que viviera triste por ello.
-Tienes
razón, es mejor ser feliz y no arrepentirse por las cosas.
Trato de no estar triste pero me derrumbo, prefiero irme.
-Creo
que ahora si me voy, se hace un poco tarde y quizá tengas cosas que hacer.
-Bien,
muchas gracias de nuevo,.
-Ya
sabes, fue un placer.
-…Oye,
espero verte otra vez, quizá podrías venir algún día.
Te tengo.
-Me
encantará.
-Genial.
-Adiós.
Aquello era todo lo que esperaba, estaba ya
cerca de poder pasar tiempo contigo y ser de quien te enamoraras para ser
felices.
Pero ahora debo vender estos limones, que
están a punto de cerrar el mercado.
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